Tras un ensordecedor estruendo, llegó el más absoluto silencio para un grupo de mineros que en absoluto imaginaban un encierro a casi 700 metros de profundidad. Si alguna vez en la vida fue necesario para estos 33 mineros tener bien desarrolladas sus competencias ha sido, por supuesto, durante los 70 días que ha durado su cautiverio.
Todo equipo o empresa necesita un alto nivel de Colaboración y Movilización, y cada uno de sus miembros sus propias Competencias de Logro pero de nada sirve sin una buena base en las Competencias personales. Al leer los artículos y relatos del encierro, dos son las que me vienen a la mente; gestión del estrés (en este caso el conocido como estrés claustrofóbico) para soportar la presión en situaciones difíciles como la vivida y, en segundo lugar, auto-control o capacidad de controlar los impulsos y emociones evitando sus consecuencias negativas.
Aunque "esta cifra de personas del sexo masculino, que por su actividad laboral tienen personalidades fuertes y agresivas, con necesidades de espacio, pueden conformar una olla de presión que llega a desencadenar efectos desastrosos en un equilibrio que debe mantenerse para que se llegue al fin del encierro" (Blog de Roberto de Vries), las competencias personales mencionadas, junto con la autogestión de su rutina y sus recursos, y la fuerte cohesión de este equipo innata a su profesión, fue el mejor cóctel que les permitió sobrevivir hasta el día de su liberación.
Se engloba dentro del grupo de Competencias de Logro y no tiene nada que ver con la obtención de los resultados, sino con la actitud que tomamos en la ejecución de los procesos, es decir, la ‘orientación a resultados’ tiene más que ver con la forma de conseguirlos que con el hecho de obtenerlos.
Omar Reygada, de 56 años y con experiencia en situaciones similares al haber pasado ya por varios accidentes más de los que siempre salió ileso, tuvo mucho que ver en el empeño de los 33 por salir de su encierro. El chileno Francisco Javier Garrido, profesor de Estrategia en varios MBA’s comenta respecto a los principales desafíos para organizar el grupo que “tal como ocurre en el mundo empresarial, resulta esencial para mantener la esperanza del futuro posible (salida) al que todos deben estar avocados; el desafío estará puesto en mantener la cabeza ordenada, el espíritu de cuerpo, y un gran sentido de orientación al logro para concretar la meta”. Según Garrido, si bien la lección principal de este hecho se resume, sin duda, en la superación ante la crisis, estos 33 mineros nos han dado enseñanzas que trascenderán al mundo de los negocios... “la estrategia sin decisión, es equivalente a una decisión sin acción: finalmente inútil”.
Otras Competencias:
Mucho que ver tiene la Responsabilidad que demostraron los 33 mineros al preocuparse por la viabilidad y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
A diferencia de las anteriores competencias, que podían ser personificadas en una sola figura, la de "líder", éstas deben estar presentes en cada uno de los miembros.
Desde el comienzo de esta odisea, ha quedado patente el nivel de organización de este grupo de mineros. Han sido ellos mismos los que se han distribuido las funciones, los espacios, e incluso los que han otorgado el liderazgo a determinadas personas. Como hemos comentado, Luis Urzúa, de 54 años, aparte de su liderazgo ha ejercido su profesión de topógrafo dibujando el mapa del refugio; Victor Segovia, electricista de 48 años, se ha encargado de escribir todo lo acontecido; Mario Sepúlveda, de 39 y exdirigente sindical, de racionar los alimentos y repartir los medicamentos; José Enríquez, de 54 años y devoto evangélico, mantenia el ánimo de sus compañeros; y Yonni Barrios, de 50 y apodado ‘El Doctor’, sanaba y vigilaba la salud de todos.
Trabajar en equipo es sentirse como trabajando con otros y anteponer los intereses del grupo a los propios. En esta situación tan dramática, no era difícil comprender como se sienten las otras personas, estableciendo con ellas una conexión emocional (empatía) al pasar y sentir los mismos apuros que convierten en propios los del compañero. Y, para terminar, la adaptación a los cambios en distintas situaciones (flexibilidad) que van desde la desesperación del encierro sin salida, pasando por la primera comunicación y con ello una esperanza, terminando con la preparación para el rescate final.
“Estamos bien en el refugio los 33” y ha sido gracias a nuestras competencias.
Ser capaz de desactivar conflictos y mediar entre las partes favoreciendo la comunicación y el respeto mutuo... otra de las Competencias necesarias para la Movilización de un grupo.
Cuentan las crónicas que la mayor división y discusión en el grupo de ‘los 33’ fue por el reparto de las dos camisetas del FC Barcelona firmadas por el delantero español David Villa (curiosamente hijo también de mineros). En situaciones de crisis como la vivida por los 33 mineros, seguro habría momentos de desesperanza y fustración y, aunque el coraje y la entereza de cada uno de los miembros ayuda a la superación, alguien debe ser capaz de mediar las diferencias, sobre todo cuando -y seguro que lo hacen- aparecen los diferentes pareceres y esto lleva a la división de opiniones.
Sobre todo, esos primeros 17 días de desesperación bajo el desierto de Atacama y a 688 metros de profundidad, cuando la esperanza de un posible rescate se va perdiendo conforme pasan los minutos, pero también con la primera comunicación con la superficie el 5 de agosto; es en este momento, cuando aparece en el horizonte una salida, cuando deben tomarse decisiones.
Sus argumentos:
Con el apoyo del grupo (la plantilla), mientras logran sobrevivir a base de latas de atún, leche y media galleta cada 48 horas, el lider (la gerencia) realiza un correcto reparto de funciones, la coordinación, el reparto de responsabilidades, e incluso marca un objetivo común. Así consigue evitar la aparición de roces y discusiones. Cada uno tiene su cometido y confía en las decisiones de esta persona que sabe llevarles por el buen camino.
Superados los primeros momentos de angustia tras el derrumbe, Don Lucho, acostumbrado a poner las cosas y a la gente en su sitio, supo transmitir a sus compañeros de encierro un mensaje claro que llevó a todos a seguirle incondicionalmente.
Luis, huérfano desde los 10 años, fue el cabeza de familia de seis hermanos. Luis consiguió cohesionar las fuerzas de todos y fue capaz de preparar un programa de trabajo (tuvo que encerrarse en un vehículo de la mina para desarrollar un plan) que optimizara el potencial de cada uno de los presentes y les permitiera subsistir, así como la necesidad de aunar fuerzas y mantenerse unidos.
Sus argumentos:
Topógrafo de profesión, elaboró los mapas de su ‘celda natural’ que no sólo sirvieron para su posterior rescate, sino que supo enviar un mensaje muy claro -como buen conocedor del medio- a los 32 mineros que le acompañaban. Cuando a finales de agosto el gobierno chileno era consciente del decaído ánimo de los mineros encerrados, también supo preparar un metódico programa para trabajar en todos los aspectos -físicos y psicológicos- y permitir así todos salieran bien de esta situación. A fin de cuentas, se trataba de influenciar en ellos desde la superficie para, con el ánimo alto, trabajar juntos por la liberación.
Una vez superada la crisis chilena con el rescate de los 33 mineros, podemos comentar sobre aquellas competencias que por su formación o entrenamiento les han permitido afrontar esta ‘empresa’ con el éxito del que todos hemos sido testigos. A partir de este momento, escuelas de negocios de todo el mundo estudiarán la estrategia de organización que han llevado a cabo los 33 mineros chilenos que han permanecido atrapados en la mina San José a 700 metros de profundidad.
Claro está que lo primero y más importante es tener un buen estado físico y mental para afrontar cualquier reto y para ello, el entrenamiento L1-modificado a que han sido sometidas estas personas junto con algunos otros ejercicios ideados –como no podía ser de otra forma- por la NASA y las sopas multivitamínicas, les permitirá mantener un buen estado de salud. Más de 35 grados de temperatura, humedad ambiental del 90% y racionamiento de los alimentos...
...es una situación que requiere llevar nuestras propias competencias y las del equipo hasta sus máximos niveles.
Las Competencias: Liderazgo
Siguiendo un orden, comenzaremos por la ‘movilización’ del equipo y más concretamente por la necesidad de un liderazgo bien definido. Podemos representarlo en la figura de Luiz Urzúa Iribarren, con 54 años y estudios superiores, fue el encargado del primer contacto verbal. Como jefe de turno, pasó a se el ‘jefe natural’ tras el primer derrumbe. “Don Lucho” -como le conocen dentro y fuera del hoyo de la Mina San José- en este caso particular, supo especialmente involucrar ‘a los 33’ en un proyecto común a pesar de las condiciones adversas y asumió la responsabilidad de ponerse al frente de una empresa que culminaría con su liberación.
Todo equipo o empresa necesita un alto nivel de Colaboración y Movilización, y cada uno de sus miembros sus propias Competencias de Logro pero de nada sirve sin una buena base en las Competencias personales. Al leer los artículos y relatos del encierro, dos son las que me vienen a la mente; gestión del estrés (en este caso el conocido como estrés claustrofóbico) para soportar la presión en situaciones difíciles como la vivida y, en segundo lugar, auto-control o capacidad de controlar los impulsos y emociones evitando sus consecuencias negativas. 
